El misterio de los cubos (imprescindible visitar la expo de Roni Horn en el Centro Botín)

                                                          Fotografía cedida por Belén de Benito

Lucía entró en el Museo a visitar la exposición de Rori Horn. Nunca había podido ver su obra en directo y para ella era un día especial, porque tenía la maravillosa oportunidad de verla por primera vez en Santander. La chica de taquillas le saludó amablemente, mientras la condujo a la sala de los buckets. De pronto, todo se halló en penumbra y su guía había desaparecido. Los buckets eran unos cubos semitransparentes de vidrio esmerilado. A Lucía le extrañó que no hubiera nadie en la sala y que todo se hallara enigmáticamente tranquilo. Así todo, le venció la curiosidad por contemplar aquellos misteriosos cubos de aire. Se asomó al más profundo de todos y contempló con horror, como dentro de él había una mujer atrapada. Se acercó para verla con mayor detenimiento y para su espanto, observó como aquella mujer era ella misma, que se encontraba atrapada y cristalizada en su interior. El corazón de Lucía comenzó a latir con mucha fuerza y notó que se mareaba por la ansiedad. Intentó hacer los ejercicios de respiración que le habían enseñado en su clase de yoga y una vez recuperó la calma, comprobó con desasosiego cómo cambiaba de perspectiva si se asomaba por encima haciendo un efecto de lupa, que le acercaba más a sí misma. Pasó la palma de su mano sobre la de su gemela y notó como en su rostro se relajaban las facciones.  De pronto la sala se volvió a iluminar y un haz de luz de un foco superior se proyectó sobre el bucket. Lucía contempló con asombro como aquella figura se levantaba lentamente, salía del profundo cubo con flexibilidad felina y se dirigía a una sala completamente iluminada por la luz natural de la Bahía de Santander.

                                   Fotografía cedida por Belén de Benito

En aquella sala había más buckets, menos profundos y casi diáfanos de los que salían más “Lucías” con diferentes atuendos, unos de colores vivos y cálidos y otros con colores fríos. Todas ellas se dirigieron al transparente ventanal y desde allí saltaron a las límpidas aguas del Cantábrico. Lucía sintió una inmensa sensación de libertad. De pronto sonó una alarma y se sorprendió sentada en una sala muy acogedora sobre una especie de diván. Con la vista aún  borrosa, vislumbró la figura de un hombre que le susurraba con una voz cálida y acogedora: “tu sesión de hipnosis de hoy ha terminado”.

– ¿Cómo te sientes, Lucía?

-Mucho mejor, mucho más relajada- dijo Lucía esbozando una beatífica sonrisa.

Conoce las visitas teatralizadas al Molino de Santa Olaja en el Ecoparque de Trasmiera

Acudimos al Molino de Mareas de Santa Olaja en la Marisma del Joyel del municipio de Arnuero, para asistir a la visita teatralizada que, bajo el título, “Marcial, el pícaro molinero”, se representa bajo reserva previa durante la temporada alta.

Marco y Cristina en la visita teatralizada

El pasado día 12 de abril nos acercamos al Molino de Santa Olaja en Arnuero, para hacer su visita guiada. Marco y Cristina han escrito y protagonizan esta visita teatralizada, que, de forma satírica e ingeniosa, al estilo de las comedias picarescas de Lope de Vega, puede presenciarse durante una hora. Su protagonista Marcial, es un pícaro molinero que nos narra cómo es el proceso de la molienda, a la vez que vivimos sus devaneos amorosos con Josefa, mujer casada con Cipriano. El Molino de Santa Olaja, que originalmente fue bautizado como “Santa Eulalia”, formaba parte de una extensa red de molinos de mar que poblaban la comarca de Trasmiera. Eran molinos harineros que facilitaron el progreso económico de la comarca. A esta zona perteneció un importante consorcio de canteros que construyeron este molino. Su obra se inició por decisión popular en el siglo XIV y ha estado activo hasta 1956. Cuenta con 6 arcos de medio punto, muros de contención y tajamares y llegó a tener hasta 9 ruedas en servicio. Fue una construcción imponente para la época y su porte permitió su uso como improvisado muelle de carga para la madera de los bosques colindantes, que partía hacia los astilleros de Guarnizo y Santander. Juan Fernández de Isla y Alvear, destacado prohombre trasmerano, que construyó barcos, ferrerías, fábricas de loza, adquirió posteriormente la participación mayoritaria de este ingenio.

El funcionamiento de estos molinos estuvo marcado desde su inicio por la fuerza de las mareas. Durante la bajamar se abrían las compuertas que liberaban el agua embalsada y ponían en marcha el mecanismo que hacía girar las piedras del molino para efectuar la molienda. El Molino de Santa Olaja es uno de los pocos que conservan dos de sus mecanismos completos, por lo que es posible ver el proceso de principio a fin. El ir y venir de la luna, es el que también regía el trabajo de estas prodigiosas construcciones. Y lo que es más importante, en torno a ellas se desarrollaba la vida cotidiana del molinero y sus visitantes. No sólo acudían a buscar el sustento de la molienda, sino que allí compartían y comentaban los acontecimientos cotidianos. Era un centro social y las lenguas maldicientes o lo que serían cotillas de hoy en día, alimentaron el mito del pícaro molinero, que pasaba sus horas ociosas entre molienda y molienda, seduciendo a las mujeres proclives a sus encantos. Quizás de ahí provenga la célebre expresión, “pasar por la piedra”.

Finalmente, estas edificaciones entraron en declive por la construcción en Castilla de sus propios molinos harineros y la decadencia del comercio con Castilla. Las marismas circundantes se rellenaron para dedicarlas a cultivos y pastos. Marco y Cristina nos narran los recuerdos de su niñez, cuando se utilizaban dichos terrenos como estercolero y de cómo se comenzó la restauración de la marisma del Joyel y del propio molino en 1996. Su rehabilitación es fiel al original, diferenciando la parte antigua, que se hallaba en ruinas, de la reconstruida con unos sillares distintos. Es a mi entender, la forma más acertada de reconstruir un edificio y de resaltar el mérito arquitectónico, tanto de los antiguos maestros canteros, como de los restauradores actuales en su esfuerzo por ponerlo en valor. En torno a este molino se articuló en el año 2000 un proyecto de restauración integral de las edificaciones, tradiciones y cultura de la zona, que se denomina Ecoparque de Trasmiera y como reza su slogan turístico “es un museo a cielo abierto” y ha sido premio Hispania Nostra 2012 y Europa Nostra 2014.

Por cortesía de nuestros entusiastas guías, pudimos conocer otro de sus centros de interpretación, la Casa de las Mareas. Cuando se iniciaron sus labores de restauración no era más que una cuadra en ruinas y hoy en día se erige como centro de recepción de visitantes del Ecoparque. Cristina nos mostró el funcionamiento de las mareas de una forma muy sencilla y didáctica. No en vano, reciben numerosas visitas de escolares durante todo el año. Nos expuso la influencia del sol y la luna que actúan como imanes en el funcionamiento de las mareas. Marco nos explicó el impacto que había generado la restauración de la Marisma de Joyel en la biodiversidad de las especies, poniendo énfasis en la langosta de Isla, su crecimiento, alimentación y pesca desde tiempos ancestrales. El edificio tiene una distribución y vistas espectaculares en voladizo sobre la marisma, con zonas de juegos, salas de reuniones e incluso acuarios con el ecosistema típico, donde hemos podido contemplar el caparazón recién mudado de una langosta o su alucinante proceso de muda grabado en vídeo.

Exterior de la Casa de las Mareas

               Os recomendamos acudáis a visitar el Ecoparque de Trasmiera en cualquier época del año. La demostración del molino  se hace con la bajada de la marea, por lo que sólo estará disponible para reservas en aquellos  momentos del día. Las visitas teatralizadas se celebran en temporada alta bajo demanda.  Podéis consultar la web para conocer la disponibilidad y reservar allí: https://reservas.ecoparquedetrasmiera.com/ o en su teléfono de contacto: 676-486-111.

Pedro Calderón y su exposición sobre la Guerra

    Pedro Calderón es descendiente de una prolífica saga de artistas cántabros como el músico Juan Carlos; Fernando, pintor; o Ramón, escultor, pintor y músico respectivamente. Pedro empezó en el estudio de su Padre, imitándole los cuadros de barcos, para después coger su propia técnica y adaptarla a sus propios gustos. La Bahía de Santander y la cotidianeidad de la vida junto al mar, marcan la inspiración de esta familia de artistas de raza. En 2011 tuvo lugar una exposición colectiva que bajo el epígrafe “Calderón Inaudito”, reunió a esta larga estirpe: http://fundestic.es/eventos/ampliar.php/Id_contenido/2331/v/0/

     Calderón se autodefine como una artista expresivo y afín al movimiento surrealista; se identifica con “Dalí y su parte menos esquizofrénica”. Es un pintor de gran imaginación, plasmándola de forma destacada en los decorados de sus exposiciones. Suele utilizar materiales variados, muchos procedentes del mar y le  gusta mezclarlos en sus composiciones.

    La exposición sobre la guerra en el Espacio Inder, constó de obras inéditas y originales, concebidas para esta galería. Su fuente de inspiración son películas como Apocalypse Now, Platoon, The Pianist, La lista de Schindler y Senderos de Gloria.

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Exposición de la Guerra en la Sala  Inder

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Cuadros de la Guerra

 

   La clausura de la exposición, con lanzamientos de petardos y proyecciones de fragmentos de las citadas películas, se hizo en un tono vitalista y dinámico. Calderón evoca los recuerdos de su infancia, los juguetes y objetos bélicos que más  llamaban su atención como los zepelines, las bombas, las maquetas o las propias películas. Para ello utiliza todo tipo de materiales, como collages, tubos de cartulina, maderas, redes, norays,.. que combina con buen gusto y  un estilo  lúdico. La elección de los fragmentos de películas con escenas como la del vuelo de los helicópteros al son de la Cabalgata de las Valquirias, también va encaminada hacia un objetivo estético más que dramático. Quizás sea  una visión algo simplista y naif de la guerra,  pero en este caso su pretensión no es reivindicativa y la ambientación con la parafernalia bélica o el propio atractivo de la sala Inder, con enormes espacios abiertos, contribuyen  a este propósito.


En el siguiente enlace podréis contemplar algunos de los momentos más brillantes de la inauguración:

 

*Agradecimientos a Inder Espacio por la cesión del enlace del vídeo.

 

 

Dominique Gaviard y «Los dones de la mar»

    Dominique Gaviard nos presenta “Los dones de la mar”, que son maderas recolectadas por ella misma en sus paseos  por  las playas de Oyambre, Suances y Liencres. Palos, troncos o ramas recogidos en bajamar, que por sus curiosas formas llaman su atención. Unas veces abandonadas al libre moldeado de  la naturaleza y otras modificadas con la mínima intervención de la artista, para que la imaginación y el subconsciente del espectador hagan el resto..

Enlazados
Enlazados.  «Con el final de mi aliento que es el comienzo del suyo». André Breton, Nadja.

 

 

    Los materiales utilizados provienen del bosque autóctono (roble, pino o castaño) y son moldeados por el bravío Mar Cantábrico, que los esculpe caprichosamente para después arrastrarlos hasta la playa y es en ese momento cuando Dominique los recoge y conserva con su color original o decide intervenir.

 

”Obras inacabadas claman su gran soledad. Sólo si sabemos prestarles el oído atento, nos facilitarán la clave de sus secretos encriptados”. D.Gaviard

       Le gusta revestirlos con minerales de oro, plata o cobre,  siempre con un tono dorado, que evoca al sol. La naturaleza aún con su sutil cincelado, está siempre presente y casi intacta en sus maderas.  A Gaviard le gusta trabajar diversos materiales y el hierro es uno de sus favoritos –Julio González es su escultor de referencia-: recorre fábricas y recicla hierro, para después amartillarlo, soldarlo y moldearlo, entretejiendo la naturaleza con la forja y creando una armónica simbiosis de los materiales, como podemos apreciar en su obra «13  Esculturas»:

       Dominique Gaviard es una artista polifacética y audaz, que ha probado con la escultura, la literatura y en los últimos tiempos, con el grabado de estilo abstracto. Su doble formación en Filología Francesa y Española y su afición por la lectura, han marcado notablemente su obra y crea curiosos binomios escultura-literatura,  con  citas a André Breton o Umberto Eco, pero también de su propia creación. Aunque su intención pueda parecer pretenciosa, intenta y consigue abordar  las diferentes artes desde un punto de vista holístico, quizás por un afán de búsqueda de la belleza y la trascendencia, pero sobre todo de evasión de la gris realidad cotidiana.

“A la tristeza plomiza del cielo se la da un toque carmín”. D.Gaviard

En el siguiente enlace encontraréis parte de  su variada obra: http://dominiquegaviard.com/

 

Las misteriosas estelas cántabras y su simbología en el arte

 

 

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Estela de Barros

 

     La famosa Estela de Barros es como muchos sabréis, la representación artística más emblemática de Cantabria, ocupando un lugar destacadísimo en el escudo de la Comunidad Autónoma: https://es.wikipedia.org/wiki/Escudo_de_Cantabria

   Las gigantescas estelas, ubicadas en su mayor parte en el Museo de Prehistoria, tienen un  símbolo común y enigmático: el lábaro. Este elemento decorativo suele ocupar el lugar central, con 4 lunas enfrentadas y combinándose después con los círculos concéntricos representando al sol.

 

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Estelas del MUPAC
 

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Estela de Zurita
 

Desde el punto de vista antropólogico, el lábaro es un símbolo  muy repetido y probablemente de desarrollo paralelo en culturas dispares de todas las partes del mundo desde tiempos remotos (egipcios, romanos, celtas,..). Todos ellos,lábaros,cruces,triquetas,..tienen trazos comunes que se remontan al nacimiento de la esvástica, la cruz originaria.

         En cuanto a la temática de las estelas, la mayoría son de origen funerario como la de Zurita o la de Luriezo; otras representan a divinidades de origen exclusivamente cántabro, como la de San Vicente de Toranzo.  Su cronología es también desconocida y puede variar del s.I-III a. C aproximadamente.

 

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Estela de San Vicente de Toranzo

        Curiosamente, estas representaciones han prevalecido a lo largo de la historia con significados variopintos, siendo hoy un elemento ampliamente representado a nivel de colgantes, anillos,….o en el mundo del tatuaje. Por este motivo, he estado hablando con Mara Tattoo, profesional con una amplia experiencia haciendo estelas desde hace 25 años y cuenta anécdotas curiosas: unas  Americanas de la Beca Erasmus, que orgullosas de su experiencia vital en Cantabria, se llevan el recuerdo grabado en su piel o la de un Mexicano nieto de indianos, que viene por primera vez a la región a visitar Vega de Pas. Lo más curioso es que muchos de estos jóvenes ignoran su verdadera simbología..

Estela en la pierna Mara Tattoo
*Estela en la pierna de Mara Tattoo

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*Estela en el brazo de Mara Tattoo

Independientemente de las connotaciones políticas, sentimentales,..las estelas desprenden un magnetismo que yo pude sentir, rodeada por estas gigantescas y enigmáticas moles de 170 cm en el MUPAC. Allí podréis apreciarlas con una exquisita ambientación de penumbra y sonidos new age. Las Estelas de Barros son las únicas que no encontraréis allí. Podéis acercaros al Ayuntamiento de la localidad homónima y pedir cita para visitar el Parque de las Estelas: http://loscorralesdebuelna.es/portal/index.php/patrimonio/estelas-gigantes

*Fotografías cedidas por Mara Tattoo

 

Okuda y Santander: Serzokudaland

 

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Serzokudaland

         Los  personajes del mural representan a los del Carnaval más antiguo de España, la Vijanera de Silió, cuya tradición se remonta a los antiguos pueblos cántabros que ya representaban en sus pinturas de Altamira o Puente Viesgo, figuras con rasgos zoomórficos. Okuda San Miguel y Jose Luis Serzo, pintan este mural de 15 x 8 metros, dando primacía en la barca al personaje central de esta fiesta que es el oso y el resto de personajes secundarios (los zamarranones, los traperos,..) se disponen en torno a él. Un pájaro-piloto que  parece sacado de un cuadro del Bosco –artista del que Okuda es gran admirador-, observa la escena desde el agua. La embarcación puede simbolizar la pervivencia de esta fiesta tradicional en medio de la sociedad moderna, representada en el pájaro que observa la escena con gafas de aviador. Esta antigua celebración es a menudo relacionada con los antiguos ritos celtas  de fin del solsticio y consiguiente alargamiento de los días. Os recomiendo acudir a este peculiar Carnaval, que se celebra a principios de Enero y está declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional: http://www.vijanera.com/

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Mural Calle Río de la Pila

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Mural Calle Castilla

       En cuanto al Street Art, Banksy fue el primer representante de este estilo en abrir brecha e integrar el arte mural en el difícil mundo de la crítica. Okuda tampoco es ajeno a algunos críticos prejuiciosos y hay quien lo sigue calificando como  mero grafitero, a pesar de que cotiza como artista en galerías de Los Ángeles y Londres  y muchos de sus murales engalanan edificios de todo el mundo (La Iglesia Skate en Asturias o el The Internatcional Church of Cannabis en EE.UU. entre otros). De hecho, la prensa especializada apenas se fija en él y gran parte de su éxito se debe a las redes sociales, lo cual ya es considerablemente meritorio y ha de marcar nuevas vías de expansión y de futuro en el mercado del arte. El propio pintor pone en cuestión la galería tradicional y opina que hoy en día, el artista puede prescindir de intermediarios gracias a internet. ¿Qué opináis al respecto?